El objetivo del ajedrez es dar jaque mate al rey contrario. Así que, uno de los primeros impulsos del jugador de ajedrez para ganar la partida es atacar directamente contra el rey enemigo.
Sin embargo, desde la época de Steinitz, todos sabemos que un ataque no debe llevarse a cabo así porque sí, sino que debe estar sustentado por una ventaja posicional que permita que dicho ataque tenga éxito.
"No se debe atacar al rey enemigo sin una justificación posicional".Por ejemplo, disponer de más piezas atacantes en una zona del tablero es una buena garantía de éxito. O la presencia de debilidades en el campo enemigo, también es un factor que hará que el ataque sea culminado con éxito.
Sin embargo, el Mestro Znosko-Borovsky en su libro The Middle Game in Chess, estudió en profundidad el medio juego y dijo que "El rey hace vulnerables las casillas de su alrededor".
"El rey hace vulnerables las casillas de su alrededor."
Es decir, por la sola presencia del rey en una determinada zona del tablero, las casillas que se encuentran a su alrededor son vulnerables y pueden ser susceptibles de ser atacadas.
Así que, si nos fijamos en la posición de los reyes, podemos determinar fácilmente la dirección hacia la que dirigir nuestros esfuerzos. Atacar las casillas que se encuentran cerca del rey contrario es una buena forma de aumentar la presión y de crear dificultades al adversario.
En este vídeo puedes ver un ejemplo muy ilustrativo:
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