La partida de ajedrez se suele dividir para su estudio en tres fases: la apertura, el medio juego y el final. La apertura es la primera fase de la partida. En este primera fase los jugadores tratan de desplegar sus piezas y llevarlas al campo de batalla haciendo que ocupen buenas posiciones para prepararse para la batalla que vendrá a continuación. El medio juego es la siguiente fase: las piezas de ambos bandos entran en contacto y se establece una lucha cuerpo a cuerpo. Después de la dura batalla del medio juego, si los reyes han conseguido sobrevivir al mate, como resultado de los cambios de piezas, las fuerzas de ambos contendientes están exhaustas y ya quedan pocos efectivos sobre el tablero: se llega a la fase final.
De todas las fases de la partida, sin duda, la más complicada y difícil de dominar es el medio juego, pues es la fase en la que están en juego la mayor cantidad de piezas y las amenazas tácticas son constantes. Comprender todos los aspectos y factores importantes en las posiciones del medio juego no es tarea nada fácil.
Una de las claves fundamentales para jugar bien el medio juego consiste en idear buenos planes de juego, que permitan a las piezas desplegar todo su potencial y crear amenazas suficientemente fuertes como para desequilibrar la partida y alzarse con la victoria.
El campeón del mundo Wilhelm Steinitz (1836-1900) dio una de las claves diciendo que hay que atacar las debilidades del oponente. Una vez que sabemos cuál puede ser la dirección del ataque y hacia dónde atacar, el resto puede ser más sencillo, ya que sabremos hacía dónde tenemos que dirigir nuestros esfuerzos y cómo debemos desplegar las piezas para conseguir realizar el plan que nos proponemos.
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Muchas veces no basta con atacar las debilidades del oponente, ya que que el adversario también puede reforzar convenientemente dichas debilidades. Y si la fuerza de resistencia de la defensa es equivalente a las fuerzas atacantes, no existirá manera de hacer caer la debilidad. Por tanto, la manera de aprovechar la ventaja en el medio juego, muchas veces necesita otra mirada.
Como dijo John Littlewood en su libro How to play the middle game in chess:
"Muchas veces la única manera de aprovechar una ventaja es atacar al rey enemigo".
Sin embargo, no se debe atacar al rey enemigo así porque sí, sino que el ataque debe estar justificado y apoyado en sólidas ventajas posicionales, en caso contrario el ataque al rey enemigo estaría condenado al fracaso.
Pero si la posición en el medio juego te concede algún tipo de ventaja, entonces el ataque al rey estará plenamente justificado y esa será la manera de conseguir capitalizar la ventaja en el medio juego.
En este vídeo puedes ver una demostración práctica de esta idea:
En el medio juego las piezas de ambos bandos entran en contacto y se establece una lucha cuerpo a cuerpo
De todas las fases de la partida, sin duda, la más complicada y difícil de dominar es el medio juego, pues es la fase en la que están en juego la mayor cantidad de piezas y las amenazas tácticas son constantes. Comprender todos los aspectos y factores importantes en las posiciones del medio juego no es tarea nada fácil.
Una de las claves fundamentales para jugar bien el medio juego consiste en idear buenos planes de juego, que permitan a las piezas desplegar todo su potencial y crear amenazas suficientemente fuertes como para desequilibrar la partida y alzarse con la victoria.
El campeón del mundo Wilhelm Steinitz (1836-1900) dio una de las claves diciendo que hay que atacar las debilidades del oponente. Una vez que sabemos cuál puede ser la dirección del ataque y hacia dónde atacar, el resto puede ser más sencillo, ya que sabremos hacía dónde tenemos que dirigir nuestros esfuerzos y cómo debemos desplegar las piezas para conseguir realizar el plan que nos proponemos.
"Ataca las debilidades del oponente". (Wilhelm Steinitz)
Sin embargo, las cosas no son tan sencillas. Muchas veces no basta con atacar las debilidades del oponente, ya que que el adversario también puede reforzar convenientemente dichas debilidades. Y si la fuerza de resistencia de la defensa es equivalente a las fuerzas atacantes, no existirá manera de hacer caer la debilidad. Por tanto, la manera de aprovechar la ventaja en el medio juego, muchas veces necesita otra mirada.
Como dijo John Littlewood en su libro How to play the middle game in chess:
"Muchas veces la única manera de aprovechar una ventaja es atacar al rey enemigo".
Sin embargo, no se debe atacar al rey enemigo así porque sí, sino que el ataque debe estar justificado y apoyado en sólidas ventajas posicionales, en caso contrario el ataque al rey enemigo estaría condenado al fracaso.
Muchas veces la única manera de aprovechar una ventaja es atacar al rey enemigo
Pero si la posición en el medio juego te concede algún tipo de ventaja, entonces el ataque al rey estará plenamente justificado y esa será la manera de conseguir capitalizar la ventaja en el medio juego.
En este vídeo puedes ver una demostración práctica de esta idea:
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